El Castillo de Craigmillar, mucho menos conocido que el espléndido castillo de Edimburgo, se encuentra a algo más de cuatro kilómetros al sureste del centro de la ciudad y también merece una visita por su entorno privilegiado y por ser un magnífico ejemplo de arquitectura defensiva medieval.
Se alza sobre el promontorio rocoso de Craigmillar y su construcción se inició en el siglo XV. Perteneció a la familia nobiliaria Preston y su importancia histórica radica en que aquí vivió unos años la reina María Estuardo bajo la hospitalidad de los Preston tras haber dado a luz a su hijo, el que sería Jacobo VI de Escocia.
La estructura del castillo se desarrolla alrededor de la torre del Homenaje (lo primero que se edificó), rodeada por la gran muralla defensiva. Tras ella destacan dos patios principales, el exterior donde se encuentra la pequeña capilla, entre cuidados jardines, y el interior, donde pueden verse cuatro torres cilíndricas, cada una en una esquina.
La visita al castillo resulta interesantes y entretenida ya que se atraviesa por numerosos pequeños pasajes «secretos» y rincones de lo más misterioso que permiten imaginar intrigas, fugas y traiciones. Merece especial atención la visita al interior de la torre del homenaje en cuya primera planta se encuentra el gran hall con las habitaciones que ocupó la atormentada reina María durante su estancia. También es recomendable subir hasta lo más alto de la torre para contemplar las espléndidas vistas del verde paisaje de alrededor y de la ciudad de Edimburgo a escasa distancia.
El horario de visitas es:
del 1 de abril al 30 de septiembre, todos los días de 09:30 a 17:30.
del 1 al 30 de octubre, todos los días de 09:30 a 16:30.
del 1 de noviembre al 1 de abril, cierra los jueves y viernes, el resto de días de la semana, abre de 09:30 a 16:30.
El precio de la entrada es de 5 libras (niños, 3 libras).
Puedes llegar fácilmente cogiendo el autobús número 194 desde Princes Street en Edimburgo.
Foto: somekindofrod
Speak Your Mind